VIBRACION
La vibración es la manifestación física que produce la
circulación energética (Chi-prana-orgón, etc.) al circular libremente por todo
el cuerpo.
Es como el ronronear de los felinos, es un susurro del Alma,
una caricia sanadora que viene desde el interior. Una experiencia sutil e
íntima que nos trae a la conciencia que somos más que un cuerpo, un torbellino
de emociones o una eterna progresión de pensamientos e ideas.
La vibración sana y vivifica, es pura integración del ser.
No está sujeta a la voluntad, muy por el contrario el control que ejercemos con
las contracturas musculares crónicas (las cuales fueron en un
comienzo producto de la voluntad para luego cristalizarse y
volverse inconcientes) es justamente lo que va apagando el suave murmullo
que provoca cuando circula libremente. Su disminución, ausencia o
estancamiento es indicador de que nos hemos alejado de la posibilidad de vivir
una vida más plena, libre y espontánea y también de que el placer ha sido
enterrado muy en lo profundo o casi desterrado como sensación orgánica.
El placer en un organismo libre de contracturas musculares
crónicas severas tendrá en su repertorio de manifestaciones como ser vivo esa
suave y profunda vibración que afirmará aún más las sensaciones de placer,
haciendo que nos sintamos más plenos.
La tensión muscular crónica se desarrolla lentamente a
través de experiencias negativas y repetidas, dicha percepción se vuelve
inconsciente a nuestra percepción ordinaria. Los músculos que tienen tensión
crónica deben ser estirados para que se active su potencial de movimiento
expresivo y liberarlos de dicha tensión. Al estirarse un músculo contraído
comienza a vibrar desde una vibración muy sutil hasta una fuerte sacudida según
el grado de tensión y estiramiento.
La vibración sirve para liberar los bloqueos crónicos de los
músculos y a la persona de sus movimientos fijos y rígidos. Las zonas
corporales con bloqueos no poseen casi flujo energético, esos músculos
contraídos no pueden moverse hasta que no se recarguen de energía. Cuando la
respiración se amplia y profundiza los músculos tensos entran en un movimiento
vibratorio al cargarse de energía. La energía llega a los músculos a través de
la respiración; si no hay un suministro adicional de energía es imposible
aflojar los músculos contraídos.
No hay proceso metabólico ni circulación energética sin
oxígeno de ahí la importancia de respirar profundamente para relajarse y
suprimir las represiones. Los músculos con tensiones musculares crónicas pueden
liberarse con movimientos expresivos donde se expresan los sentimientos
reprimidos.
De nada sirve simularla sacudiendo el cuerpo o
"querer" que suceda, la vibración sucede o no sucede debe ser
espontánea y natural producto de la entrega a un proceso de descongelamiento
gradual no forzado. El sacudirse voluntariamente no hace más que retardar la
aparición de la vibración como expresión profunda de un organismo
manifestándose libre y espontáneamente. La vibración requiere de
"entrega" sin voluntarismo ni control.
No se puede llegar a la vibración por voluntad como tampoco
se puede sentir placer en forma voluntaria. Solo entregándose a la experiencia
es posible alcanzar una vibración genuina y aún así llevara un tiempo en
aparecer esa vibración más fina profunda y sutil que vivifica todo el organismo
surgiendo desde los huesos y no del intento de control o del querer hacer.
Voluntad = hacer = control / Entrega = vibración = place
Articulo publicado en Bioescuela