Siguiendo con los ARQUETIPOS de Jung, a los que en la CARTA
N° 4 describimos como un MOLDE invisible en
el que se echaban nuestras experiencias colectivas y personales y
después, a través de ese molde universal invisible, se encarnaban en
cada individuo como conductas visibles. Describimos
luego ese molde como una matriz, una “primera impronta” (eso
quiere decir en griego ARQUETIPO), un primer original (invisible)
del que luego se sacaban muchas copias (visibles).
1.- En la Carta N° 5, vimos dos moldes, dos
matrices: la PERSONA y la SOMBRA. Ahora, vemos otras dos: el ÁNIMA y
el ÁNIMUS.
· El ÁNIMA es
una réplica femenina en el alma de todo Hombre. Es, literalmente, una mujer
interna. Es la imagen que todo individuo tiene de lo femenino en
general.
· El ÁNIMUS es
una réplica masculina en el alma de toda Mujer. Es, literalmente, un hombre
interno. Es la imagen que toda mujer tiene de lo masculino en
general.
Este HOMBRE y esta MUJER internos, en cada persona,
conforman una PAREJA INTERNA. Según como cada hombre y cada mujer vivencien
esta pareja INTERNA será su vivencia en la pareja EXTERNA que conformen.
Esta PAREJA INTERNA ya trae experiencias de pareja constituidas
por la vivencias de nuestros antepasados (Inconsciente Colectivo) que luego
cada individuo en particular “rellena” con las experiencias MASCULINAS o
FEMENINAS de su vida.
Biológicamente todo hombre tiene en baja proporción hormonas
femeninas como la mujer tiene hormonas masculinas. Por eso ambos al nacer, son
psíquicamente andróginos, no son ni hombre ni mujer. Luego con el
advenimiento de la conciencia y de la madurez física, el hombre se define
física y psíquicamente masculino y la mujer se define física y
psíquicamente femenina.
Cuando el hombre se identifica conscientemente con el ánimus asumiéndolo
como su identidad, relega el ánima a su
Inconsciente(a la SOMBRA) y viceversa: cuando la mujer se identifica
conscientemente con el ánima asumiéndola como su identidad,
relega elánimus a su Inconsciente (a la SOMBRA).
Cuando este matrimonio interno no se da,
porque no reconocemos conscientemente la parte complementaria negada, entramos
a vagabundear en el mundo exterior buscando “nuestra OTRA MITAD”…
Dice V. Gawel: “Pero más allá de la importancia obvia que los vínculos
tienen para el desarrollo del individuo, en verdad nuestro interior nos insta a
reconectarnos con ese opuesto sexual interno tempranamente relegado: a consumar
un matrimonio psíquico dentro de sí mismo. Esa
unión de lo masculino y femeninointrapsíquicos conlleva la
consolidación de un individuo completo (independientemente de
que en lo externo se produzca o no la unión afectiva con el otro”). Como
Ud. mismo podrá deducir, en las personas de elección homosexual, este proceso
se da de un modo más complejo.
2.- Esto trae consecuencias en la vida diaria.
Porque, como dice Virginia G., esta “mujer interna” (y
viceversa), es proyectada por todo hombre en las mujeres “de carne y
hueso” a lo largo de toda su vida madurativa y como tanto el hombre
como la mujer internos son sumamente ricos, podemos pasarnos la vida entera
interactuando compulsivamente con el otro sexo, porque no
encontramos en él, lo que previamente negamos en nuestro interior. Es que no
está en el sexo opuesto lo que estamos buscando…está en
nuestro interior, clamando por ser rescatado, de la SOMBRA INCONSCIENTE a la
que lo recluímos.
Cuando esto sucede, el ánima entra a
funcionar en el hombre como un complejo autónomo (tema de la Carta
N° 8 de Junio)“desorganizando su vida afectiva desde el conflicto
intrapsíquico proyectándose en conflictos extra-psíquicos… …En lo
intra-psíquico, entonces, si el varón tiene una mala relación con su aspecto
femenino, su ánima le producirá un debilitamiento de su carácter, volviéndolo
quisquilloso, caprichoso, irritable, celoso, dependiente, inadaptado… y
obligándolo a adoptar una persona(imagen social) de hombre
seguro, “duro”, desdeñoso de los sentimientos y lleno de miedos no reconocidos.
El hombre que va integrando su ánima a su conducta
consciente, comúnmente se vinculará bien con su sensibilidad y creatividad, con
su capacidad de ternura, y no necesitará impostar una actitud machista que sólo
soterre aún más su ánima en el Inconsciente. Es fácil deducir que un hombre que
está bien vinculado con su ánima tenderá a tener mejores relaciones también con
las mujeres de su entorno, y será, como hombre, más completo, pues
habrá ido aceptando lo femenino inconsciente de sí mismo. Viendo las características
de las mujeres que ha ido eligiendo afectivamente como parejas o amigas, un
hombre podrá deducir rasgos concretos de su mujer interna y ayudarse a sí mismo
a asumirlos y trabajarlos”. (Virginia Gawel).
Cuanto decimos del Hombre, también acontece en la Mujer. Si
la mujer no reconoce sus aspectos masculinos y no los integra a la conciencia,
buscará varones cercanos para que en su nombre, vivan sus aspectos masculinos
negados.
“Cuando el ánimus se manifiesta
negativamente en una mujer, se expresa mediante ideas fijas, opiniones
colectivas e inconscientes, suposiciones a
priori que reclamarán ser verdades absolutas. La expresión saludable
del ánimus hace a una mujer activa, sutilmente inteligente y capaz de ejercer
una creatividad profunda”. (Virginia Gawel).
Concluyendo: ¿Qué finalidad tienen estas cartas?... y
como yo no puedo recorrer todos los sitios del país para dar
charlas, estas cartas pretenden ser como “pequeñas conferencias” que además de
mantener un contacto epistolar con mis amistades y alumnos, tratan de acercar
alguna que otra “soga salvadora” que en un momento a alguien puede sacarlo,
pasajeramente, del pozo… pero por otro lado, quiero sugerir que
nuestras conductas no son tan simples como a veces creemos… porque hay
muchos que me piden una entrevista creyendo que con
ella, pueden resolver el problema de toda una vida. A lo sumo yo, como Consultor
Psicológico o como Couch Transpersonal (con
Licencia Internacional), puedo derivarlo a alguien, que a
través de un mínimo de 8 encuentros terapéuticos consecutivos, puede colocarlo
en el camino de una rehabilitación. Es cierto que yo “intuitivamente” a veces
veo un poco más que algunos terapeutas, pero mi intuición sola no me
proporciona las herramientas necesarias para actuar terapéuticamente. Como le
digo a algunos, yo sólo soy un “buen enfermero” que
puedo suministrarle una Cafiaspirina o un “Geniol”… pero eso no le sirve a
alguien que necesita de un “buen médico”.
Hasta pronto!...
Cariñosamente, Ricardo Luis Gerula.