miércoles, 2 de abril de 2014

CARTA N 6 Hola Amigos – as:

Siguiendo con los ARQUETIPOS de Jung, a los que en la CARTA N° 4  describimos como un MOLDE invisible en el que se echaban nuestras experiencias colectivas y personales y después, a través  de ese molde universal invisible, se encarnaban en cada individuo como conductas visibles. Describimos luego ese molde como una matriz, una “primera impronta” (eso quiere decir en griego ARQUETIPO), un primer original (invisible) del que luego se sacaban muchas copias (visibles).
1.- En la Carta N° 5, vimos dos moldes, dos matrices: la PERSONA y la SOMBRA. Ahora, vemos otras dos: el ÁNIMA y el ÁNIMUS.
·         El ÁNIMA es una réplica femenina en el alma de todo Hombre. Es, literalmente, una mujer interna. Es la imagen que todo individuo tiene de lo femenino en general.
·         El ÁNIMUS es una réplica masculina en el alma de toda Mujer. Es, literalmente, un hombre interno. Es la imagen que toda mujer tiene de lo masculino en general.
Este HOMBRE y esta MUJER internos, en cada persona, conforman una PAREJA INTERNA. Según como cada hombre y cada mujer vivencien esta pareja INTERNA será su vivencia en la pareja EXTERNA que conformen.
Esta PAREJA INTERNA ya trae experiencias de pareja constituidas por la vivencias de nuestros antepasados (Inconsciente Colectivo) que luego cada individuo en particular “rellena” con las experiencias MASCULINAS o FEMENINAS de su vida.
Biológicamente todo hombre tiene en baja proporción hormonas femeninas como la mujer tiene hormonas masculinas. Por eso ambos al nacer, son psíquicamente andróginos, no son ni hombre ni mujer. Luego con el advenimiento de la conciencia y de la madurez física, el hombre se define física y psíquicamente masculino y la mujer se define física y psíquicamente femenina.
Cuando el hombre se identifica conscientemente con el ánimus asumiéndolo como su identidad, relega el ánima a su Inconsciente(a la SOMBRA) y viceversa: cuando la mujer se identifica conscientemente con el ánima asumiéndola como su identidad, relega elánimus  a su Inconsciente (a la SOMBRA).
Cuando este matrimonio interno no se da, porque no reconocemos conscientemente la parte complementaria negada, entramos a vagabundear en el mundo exterior buscando “nuestra OTRA MITAD”… Dice V. Gawel: “Pero más allá de la importancia obvia que los vínculos tienen para el desarrollo del individuo, en verdad nuestro interior nos insta a reconectarnos con ese opuesto sexual interno tempranamente relegado: a consumar un matrimonio psíquico  dentro de sí mismo. Esa unión de lo masculino y femeninointrapsíquicos conlleva la consolidación de un individuo completo (independientemente de que en lo externo se produzca o no la unión afectiva con el otro”). Como Ud. mismo podrá deducir, en las personas de elección homosexual, este proceso se da de un modo más complejo.
2.- Esto trae consecuencias en la vida diaria. Porque, como dice Virginia G., esta “mujer interna” (y viceversa), es proyectada por todo hombre en las mujeres “de carne y hueso” a lo largo de toda su vida madurativa y como tanto el hombre como la mujer internos son sumamente ricos, podemos pasarnos la vida entera interactuando compulsivamente con el otro sexo, porque no encontramos en él, lo que previamente negamos en nuestro interior. Es que no está en el sexo opuesto lo que estamos buscando…está en nuestro interior, clamando por ser rescatado, de la SOMBRA INCONSCIENTE a la que lo recluímos.
Cuando esto sucede, el ánima entra a funcionar en el hombre como un complejo autónomo (tema de la Carta N° 8 de Junio)“desorganizando su vida afectiva desde el conflicto intrapsíquico  proyectándose en conflictos extra-psíquicos… …En lo intra-psíquico, entonces, si el varón tiene una mala relación con su aspecto femenino, su ánima le producirá un debilitamiento de su carácter, volviéndolo quisquilloso, caprichoso, irritable, celoso, dependiente, inadaptado… y obligándolo a adoptar una persona(imagen social) de hombre seguro, “duro”, desdeñoso de los sentimientos y lleno de miedos no reconocidos.
El hombre que va integrando su ánima a su conducta consciente, comúnmente se vinculará bien con su sensibilidad y creatividad, con su capacidad de ternura, y no necesitará impostar una actitud machista que sólo soterre aún más su ánima en el Inconsciente. Es fácil deducir que un hombre que está bien vinculado con su ánima tenderá a tener mejores relaciones también con las mujeres de su entorno, y será, como hombre, más completo, pues habrá ido aceptando lo femenino inconsciente de sí mismo. Viendo las características de las mujeres que ha ido eligiendo afectivamente como parejas o amigas, un hombre podrá deducir rasgos concretos de su mujer interna y ayudarse a sí mismo a asumirlos y trabajarlos”. (Virginia Gawel).
Cuanto decimos del Hombre, también acontece en la Mujer. Si la mujer no reconoce sus aspectos masculinos y no los integra a la conciencia, buscará varones cercanos para que en su nombre, vivan sus aspectos masculinos negados.
“Cuando el ánimus  se manifiesta negativamente en una mujer, se expresa mediante ideas fijas, opiniones colectivas e inconscientes, suposiciones a priori que reclamarán ser verdades absolutas. La expresión saludable del ánimus hace a una mujer activa, sutilmente inteligente y capaz de ejercer una creatividad profunda”.  (Virginia Gawel).

Concluyendo: ¿Qué finalidad tienen estas cartas?... y como yo no puedo  recorrer todos los sitios del país para dar charlas, estas cartas pretenden ser como “pequeñas conferencias” que además de mantener un contacto epistolar con mis amistades y alumnos, tratan de acercar alguna que otra “soga salvadora” que en un momento a alguien puede sacarlo, pasajeramente, del pozo… pero por otro lado, quiero sugerir que nuestras conductas no son tan simples como a veces creemos… porque hay muchos que me piden una entrevista creyendo que con ella, pueden resolver el problema de toda una vida. A lo sumo yo, como Consultor Psicológico o como Couch Transpersonal (con Licencia Internacional),  puedo derivarlo a alguien, que a través de un mínimo de 8 encuentros terapéuticos consecutivos, puede colocarlo en el camino de una rehabilitación. Es cierto que yo “intuitivamente” a veces veo un poco más que algunos terapeutas, pero mi intuición sola no me proporciona las herramientas necesarias para actuar terapéuticamente. Como le digo a algunos, yo sólo soy un “buen enfermero” que puedo suministrarle una Cafiaspirina o un “Geniol”… pero eso no le sirve a alguien que necesita de un “buen médico”.
Hasta pronto!...

Cariñosamente, Ricardo Luis Gerula.