miércoles, 24 de diciembre de 2014

DECISIONES Y DETERMINACIÓN DE OBJETIVOS

Todos soñamos ... En el fondo del corazón, todos quisiéramos creer que tenemos un don especial, que podemos ofrecer algo único, que somos capaces de comunicarnos con los demás de un modo muy personal, que podemos mejorar este mundo.  ¿Cuál es una de tus aspiraciones? Quizá se trate de un sueño olvidado o del que empiezas a renunciar. Si tu sueño se hiciera realidad ... ¿cómo sería tu vida actualmente?  Permítete soñar por un momento, piensa en lo que quieres de verdad en la vida.  
Lo que cuenta no son nuestros actos excepcionales sino lo que hacemos día a día. ¿Y quién es el padre de toda acción? ¿Lo que define, en última instancia, quiénes somos y a dónde vamos? La respuesta es: nuestras decisiones. Son éstas las que dan forma a nuestro destino. Creo que, más que cualquier otra cosa, son nuestras decisiones -y no las circunstancias de la vida- las que determinan nuestro destino.

 ¿Quién iba a imaginarse que el convencimiento de un hombre tranquilo y modesto -abogado de profesión y pacifista por convicción- tendría el poder de derrocar un vasto imperio? No obstante, la determinación de Mahatma Gandhi, su fe en la no violencia como medio para ayudar al pueblo de la India a recuperar el control de su país, puso en movimiento una inesperada cadena de acontecimientos.  Date cuenta de la fuerza de una decisión personal cuando se actúa en consecuencia de inmediato y con total convicción. El secreto consiste en asumir públicamente un compromiso tan importante que resulte imposible desdecirse. Aunque muchos pensaban que el sueño de Gandhi era irrealizable, su compromiso inquebrantable con sus convicciones logró convertido en una innegable realidad.  ¿Qué podrías conseguir tú si hicieras acopio de una cantidad similar de pasión, convencimiento y acción para crear un impulso imparable?  

Todos nosotros estamos dotados con recursos innatos que nos permiten realizar todos nuestros sueños... y más. Una decisión puede abrir las compuertas que darán paso a la alegría o la tristeza, la prosperidad o la pobreza, la compañía o la soledad, la larga vida o la muerte temprana.  Te reto a tomar hoy mismo una decisión capaz de cambiar o mejorar la calidad de tu vida de forma inmediata. Haz aquello que llevas tiempo postergando... aprende un nuevo oficio... trata a la gente con respeto y compasión renovados... llama a alguien con quien hace años que no te comunicas. Pero ten en cuenta que todas las decisiones tienen sus consecuencias. Incluso el hecho de no tomar ninguna decisión en absoluto es, a su manera, una decisión.  ¿Qué decisiones -o indecisiones- pasadas han influido mucho en tu vida actual?  

ANTHONY ROBBINS