Cada vez que usted se enfada, su cuerpo, sufre un aumento de
la frecuencia cardiaca, de la presión arterial y aumenta la producción de la
hormona testosterona, disminuye el cortisol (la hormona del estrés), y el
hemisferio izquierdo del cerebro se activa más.
Las emociones generan profundos cambios en el sistema
nervioso autónomo que controla la respuesta cardiovascular y la del sistema
endocrino, además se producen cambios en la actividad cerebral, principalmente
en los lóbulos frontales y temporales. No obstante, “al centrarnos en la
actividad cerebral asimétrica del lóbulo frontal que se produce experimentamos
emociones, existen dos modelos que entran en contradicción en el caso de la
ira.
El primer modelo de valencia de emoción, propone que la
región frontal izquierda del cerebro está implicada en la experiencia de
emociones positivas, mientras que la derecha está más relacionada con las
emociones negativas. El segundo modelo, de dirección motivacional expone que la
región frontal izquierda está implicada en la experiencia de emociones
relacionadas con el acercamiento, mientras que la derecha se asocia con las
emociones que provocan la retirada.
Las emociones positivas, como la felicidad, suelen asociarse
a una motivación de acercamiento y las negativas, como el miedo o la tristeza,
se caracterizan por una motivación de retirada. Sin embargo, no todas las
emociones se comportan de acuerdo a esta relación. “El caso de la ira es
especial porque se experimenta como negativa pero, a menudo, evoca una
motivación de acercamiento.
Ante la experiencia de la ira, se observa un aumento de la
ventaja del oído derecho, que indica una mayor activación del hemisferio
izquierdo, lo que apoya el modelo de dirección motivacional. En otras palabras,
cuando nos enfadamos, nuestra respuesta cerebral asimétrica está mediada por la
motivación de acercamiento al estímulo que nos provoca la ira y no tanto por el
hecho de considerar este estímulo como negativo: Normalmente cuando nos
enfadamos mostramos tendencia natural a acercarnos a aquello que nos provoca la
ira para tratar de eliminarlo.
IRA Y ENFERMEDAD CARDIACA
Hay personas que viven como el mercurio, con la menor cosa
se les sube la ira, muchas veces esta condición está ligada a enfermedades
orgánicas, otras veces con enfermedades psíquicas. Nuestros padres eran sabios,
cuando nos miraban enojados, nos decían, respira profundo y cuenta hasta diez.
Aunque controlarse cuesta demasiado, habrá que hacerle caso
al consejo de nuestros padres porque más investigaciones científicas demuestran
que los ataques de ira y hostilidad aumentan el riesgo de enfermedades
cardiovasculares. La evidencia surge a partir de un estudio que la Universidad
de Duke, Estados Unidos, realizó en 313 veteranos de guerra del Vietnam, que se
encontraban sanos: Al monitorear su salud, se encontró que la ira, la
hostilidad y la depresión conducían a subir el riesgo de enfermedad
cardiovascular, diabetes e hipertensión. La investigación duró diez años,
incluyó pruebas médicas, evaluaciones psicológicas que permitieron determinar
los niveles de hostilidad, ira y depresión. ¿Cómo llegaron a los resultados?
Los científicos midieron un parámetro: los niveles de la proteína C3 en la
sangre, que indica la inflamación de las arterias coronarias, un factor de
riesgo de enfermedad cardiovascular. Hallaron que el 25% de los participantes
con mayores niveles de ira, hostilidad y depresión tenían un aumento
significativo y constante en los niveles de la proteína C3. En cambio, en el
25% de los veteranos con menos niveles de ira, hostilidad y depresión, no se
registraron cambios.
Hasta el momento, se desconoce con certeza por qué los
niveles de la proteína C3 se van por las nubes a partir de un ataque de ira.
Pero los científicos, estiman que la ira dispara una serie de reacciones
químicas en el sistema inmune que terminan produciendo la inflamación. La
inflamación (indicada por los niveles de la proteína en sangre) pone en riesgo
a los hombres de hipertensión, diabetes y enfermedad de las arterias
coronarias. La ira está relacionada con un pronóstico desfavorable en pacientes
con enfermedad coronaria porque puede inducir isquemia miocárdica y arritmias.
Esta observación está lejos de ser absoluta ya que varía con la intensidad y
duración de la ira y de la capacidad de cada individuo de regular las
emociones.
Los pacientes con tendencia fácil a la ira y alta tendencia
a reprimirla se considera que pertenecen al tipo de personalidad “D” y tienen
riesgo aumentado de efectos adversos. RECUERDE QUE DESATAR LA IRA… ES LO MEJOR…
EL TEMA ES “COMO” DESATARLA…………. (aprenda técnicas de relajación o de
exteriorización de emociones, inteligencia emocional, para expresar de la mejor
forma las EMOCIONES), y DEFINITIVAMENTE REPRIMIRLA Y MOSTRAR CARA DE FELIZ
CUMPLEAÑOS… ES LO PEOR.
Lic. Victor Morales
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