Hola, Amigos – as!...
Hoy, ampliando el concepto de ARQUETIPO, veremos
brevemente el concepto de PERSONA y de SOMBRA, los
dos primeros arquetipos deCarl Gustav Jung.
Nota: si Ud. no leyó las cartas 3 y 4,
donde empezó esta temática, puede tener cierta dificultad para entender el
presente tema.
1.- En las psicologías transpersonales (son
las que ponen el acento en la dimensión ESPIRITUAL de las personas) el
término PERSONA equivale a lo que hoy llamamos MÁSCARA… porque
etimológicamente el término persona viene de “per
sonare”… = sonar a través de… y se refiere a la máscara que usaban
los actores griegos y a través de la cual, hacían
sonar su propia voz, representando a un PERSONAJE.
Así como la MASCARA era un medio que los Actores griegos
empleaban para interactuar con su público, lo que Jung llama PERSONA, son
características psicológicas que cada uno de nosotros hemos armado
para interactuar con el mundo exterior: un dispositivo de adaptaciónconstituido
por “nuestros modales, nuestros gestos, la imagen que tratamos de
irradiar a partir de cómo nos expresamos, nos vestimos, nos movemos”… (V.
Gawel).
Por eso nuestra máscara también es una especie de “carnet de
presentación”… sería bueno preguntarnos para identificar nuestra máscara
personal: ¿cuál es mi carnet de presentación?... ¿Qué mensaje comunican mis
gestos, mi ropa, mis palabras?... ¿Cuál es mi exageración personal más
habitual?...
¿Para qué armamos este dispositivo?... y para resguardar nuestro
mundo interno del externo y también para que este mecanismo regule la
relación entre ambos mundos. Sin embargo, si por cualquier razón, este
mecanismo cuidara sólo de protegernos del mundo externo, ignorando las
necesidades del mundo interno, se produciría un DESBALANCE… al actuar a la
defensiva, nos podríamos volver rígidos y compulsivos, afectando nuestra
autoimagen y nuestra adaptación al medio.
Para poder equilibrarnos y facilitar nuestro desarrollo,
debemos dejar de lado nuestra MÁSCARA: … “una máscara que finge
individualidad, haciendo creer a los demás y a sí mismo que es individual,
cuando no constituye sino un papel representado, donde la psique colectiva,
tiene la palabra”. (C. G. Jung, en “Arquetipos e Inconsciente
Colectivo” – Edit. Paidós).
Recuerde cuanto le dije en la Carta N° 4: “Un aspecto
central de este tema es que si no somos conscientes de los arquetipos, somosposeídos por
ellos… … ¿Qué significa esto?... Que la conducta se vuelve automáticamente guiada
por ese patrón de comportamiento colectivo, sin dar lugar a la decisión
personal (aunque quien lo experimenta, por supuesto, no se percate de
ello): los pensamientos, sentimientos y conductas de la persona suceden compulsivamente,
rellenándose de los contenidos individuales, pero digitándose desde el
transfondo del Inconsciente Colectivo (nido ancestral de los
arquetipos)”. (V. Gawel).
En este caso, el Inconsciente Colectivo, es como un Gran
Guardarropas de la Humanidad (V. Gawel) del que cada ser humano
extrae el traje que cree le cae mejor; pero nosotros, tenemos un guardarropas
propio, con trajes diseñados a medida sólo para nosotros aún antes de
nacer, que normalmente llamamos Ser Profundo y que Jung denomina El
Sí Mismo.
Nuestro drama consiste en que, o “mostramos
la hilacha” dejando ver las “plumas prestadas” del
guardarropas ajeno o nos presentamos con “nuestro propio traje” confeccionado
a través de largas horas de trabajo sobre nosotros mismos, para llegar
a Ser enla superficie lo que ya
somos en la profundidad del Ser.
Les escribí en la Carta N° 4: El único
trabajo que tenemos los Humanos, a lo largo de toda nuestra vida, es llegar a
SER NOSOTROS MISMOS. Este trabajo se describe mitológicamente, como “El
VIAJE del HÉROE”… o también “El CAMINO del
GUERRERO”.
2.- Con la máscara tenemos
también otro problema: para afirmar lo que no soy (
= lo que no quiero ver de mí mismo y mucho menos que sea visto por
los demás) tengo que dejar en la penumbra, en la sombra, buena parte de lo
que soy: por eso a este otro arquetipo Jung lo llamóla Sombra y
designa todos aquellos aspectos de nuestro Ser Profundo que no hemos logrado
hacer aflorar a la superficie (= la gran pista de baile, donde
danzan las máscaras, las mascaritas y las más - caras!...).
Entonces “La sombra podría definirse como aquellos
aspectos ocultos o inconscientes de uno mismo – tanto positivos como
negativos –que se han reprimido o que nunca han emergido a la conciencia.
En su mayor parte la sombra se compone
de deseos reprimidos e impulsos “incivilizados”, fantasías, resentimientos y motivaciones
rechazables que quebrarían la imagen que se tiene de sí mismo y la que se
muestra a los demás. Estas características personales no reconocidas, a menudo
se perciben en los demás, a través del mecanismo de proyección. Jung
plantea que el reconocimiento de la propia sombra y la
asimilación de esas proyecciones, constituye un extraordinario logro moral”. (V.
Gawel).
Recordemos “que la sombra también
se proyecta a nivel colectivo: todo lo que una sociedad rechaza, discrimina,
persigue, suele ser usualmente el fruto de la proyección global de la
sombra de cada uno de esos individuos sobre los perseguidos. Esa sería
la base de los holocaustos, las quemas de brujas y otras maquinarias sociales
organizadas para elimar afuera lo que no se tolera ni reconocedentro
de sí.
No obstante, la sombra no es sólo
el lado oscuro de la personalidad. También consiste en habilidades y
cualidades internas positivasque, o bien no hay sido nunca
reconocidas ni actualizadas por el individuo (permaneciendo latentes)
o bien han sido reprimidas años después de haber
comenzado a manifestarse. Es bastante común que esta “sombra dorada” sea
proyectada sobre los demás, generando situaciones de idealización (muy
visibles en las situaciones de enamoramiento) o en ciertas situaciones
vinculadas en las que se cede el poder y el saber al
otro (tal como frecuentemente se da hacia la
figura del terapeuta, del médico o del supuesto gurú). El individuo que
proyecta su “sombra dorada”, tiende a sentirse menos que los demás,
a “no poder” y a ver que la maravilla, la capacidad y el conocimiento están en
los otros, no en sí mismo”. (V. Gawel).
Hasta pronto!...
Cariñosamente, Ricardo Luis Gerula.
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